José Luis de la Villa es el gran outsider de la escultura contemporánea en Las Palmas. El término outsider, tal como se viene utilizando hace más de dos décadas en la crítica artística, señala en primer lugar a aquel creador no alineado con corrientes o tendencias actuales y en segundo al artista rigurosamente autodidacta cuya obra transgrede categorías técnicas e imperativos estéticos tácitos. La fuerza y la originalidad de la escultura de de la Villa radica en estas transgresiones.
No obstante, la naturaleza del arte jamás se define tan fácilmente. La escultura figurativa, los retratos: y las formas abstractas orgánicas del creador asturiano dialogan de pleno derecho con el arte contemporáneo y reflejan la modernidad; están insertas en un diálogo plural. Insertas, pero no reconocidas, y por tanto desconocidas para el gran público y el reducido grupo de profesionales que con suerte desigual establece los gustos y las modas de la opinión y del consumo.
La vida profesional de José Luis como maestro industrial dedicado a la electricidad de los automóviles quizás nos pueda chocar a priori. ¡Qué escenario tan contrario a los pasillos y a las galerías del arte! La realidad, en cuanto penetramos un poco en ella, disuelve rápidamente esta clase de prejuicios y nos esclarece.
Entre el universo mecánico del ajustador y el consumado tallista de la madera hay una transferencia de habilidades y dones manuales quo determinan la relación de actividades aparentemente contrarias. Esta relación nos conduce hacia la historia única e individual de una obra escultórica. En primer lugar, marcando la vida del artista desde la infancia hasta la madurez, el conocimiento y la ciencia de la madera y después un imaginario puro, a veces cercano al espíritu clásico, otras surreal y sino primitivo, que le ha permitido engendrar formas complejas y extrañas que quizás otros escultores formalmente instruidos no se atreverían ni a pensar ni a ejecutar.
Una parte de la escultura de la Villa la explica la unión esencial de la forma y de la materia. Hay restos, troncos y tablones que se transforman en función de las imágenes latentes que llevan impresas, en un proceso similar a la morfología de cosas y personas que nos sugieren las rocas. Ejemplo de esto, aunque no se debe minimizar el proceso estético, es la serie de Los rostros de la madera, en que vetas y texturas dibujan y marcan la esencia de una cara. Es una tendencia universal que encontramos en grandes escultores como Baselitz, pero que también nos remonta a la escultura de las máscaras rituales africanas que son creadas para atrapar al espíritu invocado.
Otra dinámica, más estética en su origen, es la concepción y sometimiento del medio a la idea, tal como sucede en las originales y únicas esculturas- bodegones del Homenaje a la botella. El experto tallista nos asombra con su capacidad para unir, pegar e integrar distintas clases de madera en unas composiciones ligeras y aéreas, que son auténticos; dibujos en madera, en los cuales el volumen y la silueta, la línea y el color están en armonía.
Una transformación matérica casi total inspira las formas orgánicas creadas a partir de contrachapados pegados y modelados, formando sus superficies ríos de ritmos, fantástica fusión entre lo natural y lo industrial, recordándonos al automatismo francés de los años 50 y el principio surrealista del objeto encontrado.
José Luis de la Villa no se siente limitado a la hora de trasladar sus impulsos e ideas a la madera, y en esta liberación de la energía creadora aparecen guiños clásicos, como en la Maternidad expuesta, o reminiscencias del art déco, en los retratos de señoritas, planos y altamente estilizados.
En su escultura, y esto no es algo habitual, el impulso que le insta a crear esos gatos, peces y toros convive con la idea de las formas que modelan la cultura y la historia. Finalmente quiero insistir en el hecho de la originalidad absoluta de su obra, que es única en cada talla y no conoce series, esas series tan peligrosas de cincuenta, cien o más copias que lastran la obra de tantos buenos escultores.
«EL DESVAN VIRTUAL DEL ESCULTOR JOSE LUIS DE LA VILLA
CUANDO EL SENTIR TOMA FORMA»
Contacto: Xavier Galván 639 77 97 33 / Mari González 661 91 39 18